miércoles, 22 de febrero de 2012

Día 1: Tigre - Nueva Palmira - La Agraciada - La Concordia

Este relato se tendría que titular, "La vida te da Revancha"...

Luego del frustrado NO viaje a Uruguay en el 2011 con Los de la Bici por motivos de Documentación Personal, nos decidimos a emprender el viaje de Carnavales 2012.

Todo arranco muy temprano, aproximadamente a las 4AM. Nos dirigimos a la estación de trenes de Vicente Lopez (Ramal Tigre) para anexarnos al grupo que ya venía en "trencito" desde Retiro, Juan B. Justo y zonas aledañas... Siendo así, 31 bikers.

Llegamos a Tigre cerca de las 7AM. Desarmamos las alforjas de la bike, despachamos, hicimos migraciones y embarcamos. Increíble, pero real, nos dejaron salir del País. Evidentemente, esta vez, sí teníamos la celulosa en orden!!!

Luego de navegar más de 3hs a bordo de las embarcaciones de Delta Argentino llegamos a Nueva Palmira (UY) al mediodía.

Gracias a que en Nueva Palmira no tienen scaner, estuvimos cerca de 40 minutos ó más haciendo migraciones. Pasado el momento burocrático, armamos las bikes junto con las alforjas en la placita del puerto. Luego, un grupo se dirigió al almacen del pueblo, recargó provisiones, y nosotros, nos dirigimos a la casa de cambio.

El sol ya se sentía sobre nuestras espaldas, la hora indicaba que ya debíamos almorzar, pero antes, a emprender el viaje!!

Fueron 25 kilómetros por caminos rurales con subidas y bajadas (Siempre más bajadas que subidas, esto ya es regla!). El calor se tornaba insoportable.

Por suerte, llegamos a La Agraciada. Una parada técnica en un viejo almacén, para luego almorzar en la plaza del pueblo bajo unos árboles.

Luego de recargar energías comenzamos la 2da etapa del día para llegar a La Concordia. No fue nada fácil. Al cabo de unos pocos kilómetros, empezaron las pinchaduras. Si mal no lo recuerdo, fueron 3 en menos de 1 kilómetro. Perdiendo así, 1 hora de luz.

El camino y el calor hacían que sólo pensemos en llegar, pegarnos un duchazo, cenar e ir a descansar, pero antes, teníamos que escaparnos de la tormenta que se venía. Una serie de nubes que parecían pompones de nieve más los rayos y una cortina de agua sobre el horizonte hacían que nos tratemos de apurar.

Cuando llegamos al asfalto, sólo nos quedaban 15 kilómetros por recorrer. A todo esto, el viento ya se sentía y cada tanto caían gotas de agua. Este contexto bajo la noche que se aproximaba.

Contra viento y marea, llegamos al pueblo costero La Concordia. El viaje comenzaba a tomar color.

No hace falta indicar que el pueblo es un pueblo de veraneo, y sólo tiene unas cuadras asfaltadas.

Pedaleando por la avenida (la única) un grupo de Chicos pensaron que éramos extranjeros, de esta manera, nos empezaron a ofrecer “Water”…

Llegamos al camping de Bochas ya con las estrellas en su mejor momento.

Empezamos a desarmar las bikes y armar las carpas. En mi caso, por no revisar la carpa previo al viaje, nos encontramos que los cierres estaban sulfatados, por ende, tuvimos que romperlos para abrir la carpa.

Lo mejor estaba por venir, la cena!!!

Finalmente no llovió. Por lo que logramos degustar un par de tiritas de asado a la intemperie.

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