Sábado
Recorrido: Villa Carlos Paz – Los Gigantes
Distancia: 47km
Altura sobre el nivel del mar: 1.600 mts.
Llegamos a Carlos Paz como a las 11hs de la mañana. Bajamos los bolsos, armamos las bikes. Todo el mundo nos miraba como bichos raros, ya que teníamos todo dispersado por el piso de la terminal. Preguntamos a un par de personas que andaban merodeando por ahí sobre el recorrido que queríamos realizar.
Y arrancamos, mal dormidos y con muchooo sueño empezamos a transitar las calles de Villa Carlos Paz, por suerte el clima acompañaba. Por mi parte algunos recuerdos de la plaza principal, el lago San Roque, el museo de tractores, en fin un motón de recuerdos debido a un viaje familiar allá por 2005, si mal no lo recuerdo, en el mítico Ford Sierra de mi viejo.
En esos primeros momentos de pedaleo estábamos ilusionados y con ansias de experimentar algo que suponíamos sería inolvidable…. Y no nos equivocamos.
La despedida del asfalto fue inolvidable, una bajada prominente donde alcanzamos 45km/h. De esta manera llegamos a Tanti. Allí abrimos unas latas, galletitas y un rico capuchino instantáneo
La bienvenida de la tierra fue horrible, una calle finita y en subida me hacía cuestionarme qué estaba haciendo en ese lugar.
De pronto se empezaron a ver las montañas y yo, me empezaba a sentir claustrofóbico al no poder mirar al horizonte y ver el mar. A parte de los 5km/h promedio de velocidad cuesta arriba.
El cansancio y el poco estado físico que tenía se hacía sentir, calambres muy fuertes hicieron que transite muchos kilómetros llevando a mi lado la bike… y en subida! Mientras Gon en parte me puteaba y en parte me alentaba para que siguiera adelante con el viaje.
No se de donde sacaba fuerzas, tal vez, porque pensaba que no podía regresar a mi casa y que el único camino que quedaba era seguir adelante para poder descansar en algún lugar como la gente.
Por suerte y luego de tanto pedaleo en subida el camino se hizo más llano y encontramos allá perdido un barcito donde degustamos un rico sándwich con una gaseosa.
Finalmente, luego de varios calambres, puteadas llegamos a un camping que hay sobre el costado de un arroyo. Cerca de los Gigantes. Ya el frío de la montaña se hacía sentir y la noche se aproximaba.
En ese camping sólo estaba el cuidador, un par de gallinas y una parejita acampando. Medio desolador. El cuidador nos comentaba que en la temporada de verano el camping se llenaba, pasado esta, el camping cerraba sus puertas hasta la temporada entrante.
Armamos la carpa, guardamos las bikes en un viejo cuartito, sopita, un par de Ibupiracs y otras cosas y a la cama.
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