Amanecimos con una helada impresionante.
Cuando mirábamos al lago sólo había bruma que nacía de la propia agua del lago.
El día se presentaba soleado, pero muy frío. Lamentablemente, las primeras
heladas que indicaban que el invierno estaba próximo.
Desayunamos religiosamente, consumiendo el pan
y mermelada casero que hacía el cuidador del resto.
Lamentablemente teníamos que seguir con
destino a Villa La Angostura. Digo lamentablemente porque el
paisaje era insuperable: Lago + Montaña ¿Qué más se puede pedir? Tal vez, una
estufa :-)
El camino comenzó con asfalto, subidas y
bajadas, hasta que por suerte, se vino la tierra con un recorrido en bajada de
curvas y contracurvas, allí con Gonza hicimos valer la inversión de ponerle
frenos a disco a nuestras bikes. Eran bajadas en parte técnicas, ya que el
llevar la carga en el porta paquetes se aumenta la velocidad por el peso, por
lo que debíamos balancear el frenado en las curvas para no terminar estrellados
contra algún árbol. Como consecuencia de esas bajadas, a Gonza se le comenzaron
a doblar los tornillos del porta paquetes… Por lo que luego de una parada técnica
y de ingesta de alimentos tuvimos que repartir la carga entre las otras bikes y
rezar para que no se rompa algo más del arreglo casero que hizo Pato y sus
precintos.
Ya se venía la tardecita y nosotros ya
estábamos llegando a Villa La Angostura. Frío, mucho frío y hambre.
Ni bien llegamos a destino derecho al
supermercado a comprar alfajores, una Coca y un paquete de papas fritas para
rehabilitarnos. Nutrición 100%.
Luego de esto con Gonza nos fuimos a buscar a
algún lugareño para que nos ayude a sacar el resto del tornillo quebrado del
cuadro y así cambiarlo por uno nuevo. Por suerte, luego de buscar y buscar (era
sábado por la tarde, por lo que varios talleres estaban cerrados) un
electromecánico nos solucionó el problema.
Datos:
Distancia recorrida: 64,24 km
Tiempo: n/a
Average: 11,8 km/h
Velocidad Máxima: 55,5 km/h
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