Frío, mucho frío, muy temprano y yo con
dolores en las rodillas.
Desayunamos y comenzamos a transitar con Gonza
los caminos de La
Angostura para luego sí, tomar el camino
fronterizo Cardenal Samoré. Luego de varios kilómetros logramos llegar a la
aduana Argentina (algo así como 30km). En esta pasamos sin ningún problema, de hecho para las bikes nos dieron
un papel que indicaban que trasportábamos un “bici”. De ahora en más nos quedarían
30
kilómetros más aproximadamente para
llegar a la Aduana Chilena.
Luego de sufrir 15 kilómetros todo en una cuesta muy pronunciada, a un ritmo menor a paso de hombre
arriba de la bike, llegamos al límite de Argentina y Chile. Por supuesto de ahí
en más desplegamos la bandera Argentina.
Posterior a rehabilitarnos con las ya famosas
sopas Knorr, paté y las tan ricas en ese momento galletitas MediaTarde
emprendimos el descenso para entrar en Chile.
Ni bien hicimos un par de kilómetros el
paisaje cambió radicalmente, de uno agreste a uno selvático y más humedo.
Las cosas se empezaban a poner muy buenas, a
mí se me cruzó el viaje que hicimos en el 2008
a Cordóba ya que la velocidad arriba de la bike era más y más. El camino se
presentaba desierto, con un asfalto que parecía una alfombra y nosotros con
ganas de velocidad. Esto más las curvas y contracurvas nos planteaba un
desafío, pero esta vez, los frenos estaban de más, ya que si los apretábamos no
contábamos la historia. Por lo que debíamos librarnos al azar y sólo bajar. Por
suerte todo salió bien, yo alcance una velocidad máxima de 66 km/h .
Ya dejando
Ya casi con el cuerpo adormecido llegamos al
Hotel de Aguas Calientes. El mismo se encuentra a la vera de la ruta. Allí nos
dieron la mala noticia de que debíamos subir 4 kilómetros para llegar al camping, el cual no sabían si funcionaba. Por supuesto
en el Hotel no nos podíamos quedar (era 5 estrellas).
Luego de caminar, andar en bike, caminar…
logramos llegar al camping el cual efectivamente estaba cerrado. Y las cabañas
que había allí costaban AR$500 por noche, lo cual, era una locura. Por suerte,
dimos con un Guardaparques que gentilmente nos alquilo un cuarto en su casa.
Por supuesto luego de 100 kilómetros de jornada en la bike no buscábamos lujo, solo una ducha y un lugar
calentito para dormir. Por suerte, eso lo encontramos en esta casa alpina. Allí
luego de casi 1 semana, logramos dormir en una cama, ver TV y conocer a un
medico ya jubilado uruguayo el cual estaba de vacaciones en ese paraje y hacía
20 años que le alquilaba uno de los cuartos al Guardaparques. Evidentemente,
este ya tenía el circo armado.
Luego de mirar un poco los informativos
chilenos (luego de 1 mes seguían las repercusiones por los temblores, además de
la noticia del día: a un par de niños les habían enviado un pedazo de madera en
vez de las notebooks que otorgaba el Gobierno por buen desempeño en la escuela)
nos fuimos a dormir, yo seguía con fuertes dolores en las rodillas, ya el
Ibupirac 600 no hacía efecto.
Datos:
Distancia recorrida: 92,86 km
Tiempo: n/a
Average: 12 km/h
Velocidad Máxima: 66 km/h
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